miércoles, 29 de diciembre de 2010

Ahí




Ahí estaba, lejos de todos, de todo. Mirando desde una posición poco cómoda cómo pesa el mundo. Rodeado por agua y más agua y algunas rocas que parecen querer separarlo de la inmensidad del mar.
Ahí estaba cerca de lo más lejos, cerca del lugar al que van los que quieren irse para dejar de estar cerca… justo ahí estaba. Cerca de la soledad humana, esa soledad que pesa más que el océano que cubre el horizonte cada día.
Ahí estaba con toda su opacidad, con sus historias, con sus huellas. Con el eco del viento golpeando años de abandono, de deterioro. Ahí estaba con su humedad permanente, eterna, tramposa.
Ahí estaba y quizás seguirá estando por el resto de los días, de esos días que se convierten en años y años que se convierten en eternidad. Justo ahí, entre todas esas cosas que se olvidan y se pierden como una foto de otra revista más.

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