martes, 2 de noviembre de 2010

Una tarde como esta



Una tarde como esta, pero hace muchas tardes alguien planeó los días, y después las horas, y los minutos, y los segundos, y los... Hace mucho de aquella tarde, como hace mucho de tantas cosas. De aquel mate con la vieja, o la vuelta manzana en bici con los pibes del barrio... hace mucho.
Hace mucho que no hace poco, y que poco a poco se va haciendo mucho. La sonrisa del primer beso, y la felicidad del último. La tristeza por un partido perdido, pero con la esperanza de ganar el otro que seguro se viene más polenta. Hace mucho que el viejo de al lado no toca el bandoneón porque hace mucho se le olvidó; no tocar, sino el bandoneón rojo con pintitas negras.
Hace mucho que no veo las caras de la infancia, las del pasado y hace mucho que no pienso en las del futuro porque veo las del presente, y que poco a poco van convirtiéndose en las de mi futuro. Caras arrugadas, por la vejez y otras por la juventud absoluta. Las caras de los domingos, de los feriados, de las noches de vino y charlas... esa cara, la suya y a la vez la mía.
Una tarde como esta, pero no hace muchas tardes alguien planeó escribir una canción que empezaba de la misma manera que terminaba. Una tarde como esta, valen por todas las tardes que puedan llegar a venir. Ahora me voy a dormir una siesta... en una tarde como esta.

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