sábado, 4 de septiembre de 2010

Un punto en medio de otros




Un día de lluvia, una calle de barro y algunas piedras que dejan ver cómo es el día. La gente pasa y no lo ve, aunque lo mira. Un punto que resalta en medio de otros tantos puntos que sólo muestran monotonía. Quizás esté desde hace mucho tiempo cuando alguien decidió dejarlo para que mucho tiempo después otra persona pudiera preguntarse por qué lo dejó, o quizás esté ahí para mostrar que no todas las cosas son iguales en una misma sintonía.
Parece viejo pero por el contexto es joven, es amarillo pero por lo que lo rodea no es gris, o marrón u otro tono opaco para ese cielo que se refleja de lado a lado en el vidrio que tiene algunas gotas impregnadas. Mira hacia adelante sin muchas pretensiones y le da la espalda a lo demás. Tal vez esa fue la intención de su dueño, darle la espalda a algo. Tal vez su intención fue sentarse a ver la lluvia golpeando el amarillo de su auto en un mediodía de pueblo, a kilómetros de distancia de donde una vez vivió. Lejos de todo y cerca de nada, sólo cerca de su auto.

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