domingo, 17 de octubre de 2010

A mi mamá



A veces un instante se detiene y dura para toda la vida. A veces duran tanto que siguen siendo parte del presente y dejan de ser recuerdos para ser momentos. Como ese día en la vereda de tu casa, ese día en el que pensabas que no te escuchaba pero lo hice. Un día perfectamente imperfecto, como nos gustaba a nosotros. Un día que cayó justo en tú día, hoy.
Pensé una lista de palabras que hacen que ese día siga apareciendo en estas líneas. Risa, espalda, silla, trapo, ventana, puerta, baldosa, ladrillo, árbol, verde, oído, palabra, sonrisa, mirada, ojos, corazón, manos, arrugas, vos. Y termino con vos, porque cada palabra de ese momento me lleva hacia donde estás, a mi lado.
Feliz día vieja, te amo.

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